lunes, 15 de diciembre de 2008

Física Moderna y Budismo


Muchas veces me han preguntado por qué me hice Budista. La respuesta que siempre doy es que yo no me convertí al Budismo sino sencillamente fui descubriendo que yo ya era un budista aún sin saberlo. Luego me consultan: “pero qué te llevó a interesarte en el Budismo”. Mi respuesta siempre ha sido: “La física”.Siendo yo estudiante en la Universidad Santa María tuve la suerte de tener grandes profesores de física, como don Nicolás Porras y Luis Paredes, quienes me enseñaron no sólo a resolver problemas mediante ecuaciones sino que a pensar en las consecuencias filosóficas de los descubrimientos científicos. Sin embargo fue un profesor de Informática, Ricardo Acevedo, quien en una conversación me recomendó leer “El Tao de la Física”, libro que cambiaría mi vida.“El Tao de la Física”, de Fritjof Capra fue uno de los primeros libros que exploraron la conexión entre la física moderna y las filosofías orientales. En este texto clásico, el autor bosqueja los lineamientos de la mecánica cuántica y de las tres principales filosofías orientales: el Budismo, el Hinduismo y el Taoísmo, destacando sus concordancias y similitudes.Otro texto que explora el estrecho vínculo entre la física moderna y las filosofías orientales es “La Danza de los Maestros de Wu Li”, de Gary Kuzav. Finalmente, el texto “El infinito en la Palma de la Mano”, de los autores Ricard y Thuan, se concentra específicamente en la intersección entre física moderna y Budismo.Básicamente lo que estos autores han constatado es que tanto el método científico como las filosofías orientales han llegado a un sinnúmero de conclusiones similares en lo relativo a la naturaleza de las cosas y de los fenómenos naturales.Una de estas grandes convergencias es la idea del universo como una totalidad indivisible o, en otras palabras, la interconectividad de todas las cosas, particularmente del observador y del objeto observado. Esta idea que es el eje central tanto de las teorías de la relatividad como de la mecánica cuántica, ha estado siempre en el corazón mismo de las tradiciones filosóficas de oriente.Incluso se puede ser mucho más específico y comparar experimentos clásicos, como el ERP o el péndulo de Focault, con elementos específicos como el concepto Budista de shuññata.La conclusión a la que llegan a menudo quienes estudian estos temas es que el método científico y algunos sistemas orientales de introspección, como la filosofía Budista, son métodos igualmente robustos y rigurosos. En ambos casos se trata de sistemas dialécticos que permiten avanzar hacia un conocimiento cada vez más refinado y, en ese sentido, verdadero.

No es casualidad que Albert Einstein, quien propuso la Teoría de la Relatividad General (y antes que eso la Específica) y también propuso la existencia de las partículas cuánticas de luz - posteriormente denominadas “fotones” - escribiera lo siguiente:
La religión del futuro será una religión cósmica. Deberá trascender la idea de un Dios que existe como persona y evitar el dogma y la teología. Abarcando tanto lo natural como lo espiritual, deberá fundarse en un sentido religioso nacido de la experiencia de todas las cosas, naturales y espirituales, consideradas un conjunto con sentido.El Budismo corresponde a esta descripción (…) Si existe una religión que podría estar en concordancia con los imperativos de la ciencia moderna, esa religión es el Budismo.Albert Einstein citado por Thinley Norbu, en Welcoming Flowers, from Across the Cleansed Threshold of Hope, an Answer to Pope’s Criticism of Buddhism, Jewel Publishing House, 1997.
posted by Eduardo Bastías
en http://akasicos.blogspot.com/2006/02/fsica-moderna-y-budismo.html

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