miércoles, 10 de diciembre de 2008

LAS CUATRO NOBLES VERDADES
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Las Cuatro Nobles Verdades*
Las Cuatro Nobles Verdades (cattari ariya saccani) es la esencia de las
enseñanzas de Buddha. Cada vez que un Buddha aparece en el mundo, él
descubre y revela estas cuatro verdades que han permanecido ocultas por
mucho tiempo.
Las enseñanzas de Buddha son vastas. Sin embargo, así como la pisada de
cualquier animal está incluida en la pisada de un elefante, todo lo que
Buddha enseñó está incluido en estas cuatro verdades. En realidad no hay
nada capaz de ser conocido fuera de estas cuatro verdades.
Fue en el momento de su Iluminación hace más de 2500 años que Buddha
realizó estas cuatro verdades. Estas verdades son eternas, es decir, siempre
existen independientemente de la existencia de Buddha. Estas verdades no
son creadas por Buddha; son simplemente descubiertas por Buddha.
Las Cuatro Nobles Verdades son tratadas en numerosos lugares del Canon
Pali. Hay dos discursos que merecen ser destacados: 1) El Discurso de la
Puesta en Movimiento de la Rueda de la Doctrina (Dhammacakkappavattana
Sutta) y 2) El Gran Discurso de los Cuatro Fundamentos de la Atención
(Maha-Satipatthana Sutta). El primer discurso, impartido dos meses después
de la Iluminación, es particularmente relevante debido a que representa la
primera exposición de la doctrina de Buddha. En este discurso Buddha
expone al grupo de cinco discípulos estas cuatro verdades y declara haberlas
descubierto por sí mismo. El Gran Discurso de los Cuatro Fundamentos de
la Atención es la más importante fuente canónica acerca de la práctica de
meditación. Aquí Buddha explica en detalle cada una de estas verdades
desde la perspectiva de la meditación budista.
DEFINICIÓN DE TÉRMINOS
Buddha apareció en el mundo hace más de 2500 años y utilizó la lengua pali
para comunicar sus enseñanzas. El pali fue el idioma vernáculo de la región
de Magadha en el norte de India donde Buddha predicó por cuarenta cinco
años después de la Iluminación. Después de la muerte de Buddha sus
discípulos preservaron sus enseñanzas oralmente por aproximadamente
cinco siglos. En el primer siglo antes de la era cristiana las enseñanzas se
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registraron en hojas de palma en la isla de Sri Lanka. Las enseñanzas que
poseemos hoy en día provienen de esta transmisión sin interrupción a través
de los siglos por parte de sus discípulos monásticos.
Es necesario advertir al lector desde un comienzo que los términos pali que
Buddha utilizó en sus discursos en general no poseen una traducción
equivalente (exacta) en las lenguas de Occidente. Por lo tanto, cuando se
realizan traducciones del original pali, es aconsejable mantener los términos
originales como punto de referencia. De esta manera, uno puede acceder al
significado correcto de los términos en su propia lengua manteniendo los
términos originales. Por ejemplo, el término pali 'dukkha' generalmente se
traduce como sufrimiento o dolor. Sin embargo, 'dukkha' tiene un
significado mucho más amplio que sufrimiento o dolor. Sufrimiento o dolor
son las traducciones más aproximadas. Por está razón las utilizamos. Pero
debería tenerse en cuenta que cuando usamos estos términos en el contexto
de las enseñanzas de Buddha ellos tienen un significado especial.
El término 'sacca', verdad o realidad, en el budismo significa aquello que es
real. La verdad en el budismo no necesariamente deber ser algo sublime,
bueno o noble. Por ejemplo, el deseo, el enojo, el odio, algunos de los
estados mentales, son verdades de acuerdo con las enseñanzas de Buddha.
'Ariya', noble, significa aquél que ha penetrado estas cuatro verdades.
Buddha fue el primero que las descubrió y las reveló a mundo. También la
realización de estas verdades conduce al estado de noble, hace que uno sea
noble. Entonces, se denominan nobles verdades porque fueron realizadas por
Buddha, porque son realizadas por los seres nobles y porque su realización
conduce al estado de noble. Se denominan verdades porque son hechos
reales e inalterables. 'Dukkha', sufrimiento, incluye no sólo el sufrimiento
físico y el mental sino también los estados de felicidad y todo aquello que es
condicionado. Esta definición de dukkha se aclarará con el estudio del
primer discurso más adelante.
La cuatro nobles verdades son: 1) la noble verdad del sufrimiento (dukkhaariya-
sacca), 2) la noble verdad del origen del sufrimiento (dukkhasamudaya-
ariya-sacca), 3) la noble verdad de la cesación del sufrimiento
(dukkha-nirodha-ariya-sacca) y 4) la noble verdad del sendero que conduce
a la cesación del sufrimiento (dukkha-nirodha-gamini-patipada-ariyasacca).
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1. LA NOBLE VERDAD DEL SUFRIMIENTO (dukkha-ariya-sacca)
Buddha dijo lo siguiente en el primer discurso con relación a la primera
verdad:
Ésta, oh monjes, es la Noble Verdad del Sufrimiento. El nacimiento es
sufrimiento, la vejez es sufrimiento, la enfermedad es sufrimiento, la muerte
es sufrimiento, asociarse con lo que no se quiere es sufrimiento, separarse de
lo que se quiere es sufrimiento, no alcanzar lo que se desea es sufrimiento.
En breve, los cinco agregados de la adherencia son sufrimiento.
El nacimiento se define en el budismo como el primer momento en una
existencia particular. En el caso de los seres humanos es el momento de
concepción. El nacimiento es sufrimiento debido a que es la base de todo lo
que inevitablemente sigue: la vejez, la enfermedad y la muerte. De acuerdo
con la Doctrina del Origen Condicionado (paticca-samuppada),
condicionado por el nacimiento ocurren la vejez y la muerte, la pena, el
lamento, el dolor, el pesar y la desesperanza. Que la vejez es sufrimiento no
es difícil de comprender. Cuando envejecemos nuestras facultades declinan,
somos más proclives a la enfermedad, menos independientes, etc. La
enfermedad es sufrimiento. Cuando nos enfermamos experimentamos
sensaciones corporales desagradables y como resultado a veces también
sufrimiento mental en la forma de depresión, etc. Y morir es sufrimiento.
Buddha dice también que asociarse con lo que no se quiere es sufrimiento,
asociarse con personas o cosas que nos son desagradables. Separarse de lo
que se quiere es sufrimiento; separarnos de lo que poseemos, cosas o seres,
separarnos de nuestros seres queridos, familiares, amigos temporal o
permanentemente es sufrimiento. No alcanzar lo que se desea es sufrimiento.
A veces deseamos poseer algo, material o espiritual, pero debido a las
circunstancias de la vida no lo podemos obtener. Esta frustración de obtener
lo que deseamos es sufrimiento. No es difícil comprender que todas estas
condiciones de la vida son sufrimiento. Buddha finaliza la exposición de la
primera verdad diciendo: "En breve, los cinco agregados de la adherencia
son sufrimiento." Los cinco agregados (pañcakkhandha) son todo lo que
nosotros somos. Los cinco agregados son 1) el agregado de la materialidad
(rupakkhandha), 2) el agregado de la sensación (vedanakkhandha), 3) el
agregado de la percepción (saññakkhandha), 4) el agregado de las
formaciones (sankharakkhandha) y 5) el agregado de la conciencia
(viññanakkhandha). Es importante comprender que cuando Buddha expone
la verdad del sufrimiento primero utiliza términos convencionales tales
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como el nacimiento, la vejez, la muerte, etc. Sin embargo, Buddha finaliza
su exposición utilizando lenguaje filosófico, el lenguaje de las realidades
últimas. Y es esta dimensión del término 'dukkha', sufrimiento, la que es más
difícil de comprender y aceptar. Esto es así porque para ello es necesario una
profunda experiencia acerca de la naturaleza de los fenómenos. Sólo cuando
uno ha experimentado los fenómenos de acuerdo con su naturaleza real, es
posible concluir que los cinco agregados de la adherencia son sufrimiento.
Intelectualmente no es difícil aceptar que el nacimiento, la vejez, la
enfermedad, la muerte, etc., son sufrimiento. Sin embargo, el intelecto no es
suficiente para aceptar que los cinco agregados de la adherencia son
sufrimiento. Se requiere algo más: Penetración o sabiduría. Investiguemos
más a fondo acerca de la razón que los cinco agregados de la adherencia son
sufrimiento.
El término pali 'dukkha' tiene generalmente tres significados. 1) Dukkhadukkha,
literalmente sufrimiento-sufrimiento. Uno de los significados de la
repetición de una palabra en pali es para dar énfasis. Dukkha-dukkha es el
sufrimiento real como el dolor físico o el dolor mental. La enfermedad, la
vejez, la muerte están incluidos en este tipo de sufrimiento. 2) Viparinamadukkha,
sufrimiento como cambio. Aquí se incluyen los estados de
felicidad. No porque los estados de felicidad en sí mismos sean sufrimiento
sino por el hecho de su transitoriedad. 3) Sankhara-dukkha, sufrimiento de
lo condicionado. Cuando Buddha dice que los cinco agregados de la
adherencia son sufrimiento se está refiriendo al sufrimiento de lo
condicionado, al sufrimiento de aquello que es el producto de causas. Los
cinco agregados son producto de causas, son condicionados. Y todo aquello
que es condicionado es sufrimiento. De acuerdo al budismo todo lo
condicionado está sujeto al surgir y al cesar. Es este continuo surgir y cesar
de los cinco agregados lo que es sufrimiento. No hay nada que uno pueda
hacer para detener este proceso de surgir y cesar, este proceso es como si
ocurriera de acuerdo con sus propias leyes.
Existe la idea equivocada entre algunos occidentales que el budismo es
pesimista. Esto se debe tal vez al hecho de no comprender estas diferentes
dimensiones del término pali dukkha. Pesimista u optimista es una actitud
con relación a las cosas. El budismo no es pesimista sino realista. La verdad
del sufrimiento es sólo una de las cuatro verdades. También existe la verdad
de la cesación del sufrimiento.
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2. LA NOBLE VERDAD DEL ORIGEN DEL SUFRIMIENTO
(dukkha-samudaya-ariya-sacca)
La segunda noble verdad es el deseo. Esto es lo que Buddha dice en el
primer discurso:
Ésta, oh monjes, es la Noble Verdad del Origen del Sufrimiento. Es el deseo
que produce nuevos renacimientos, que acompañado con placer y pasión
encuentra siempre nuevo deleite, ahora aquí, ahora allí. Es decir, el deseo
por los placeres sensuales, el deseo por la existencia y el deseo por la noexistencia.
De acuerdo con el budismo el sufrimiento es debido al deseo y no a la
disposición de un ser supremo. El budismo es único entre las religiones al
declarar al deseo como la causa del sufrimiento. El deseo por los placeres
sensuales significa deseo por los objetos de los sentidos tales como objetos
visibles, audibles, olfativos, gustativos, tangibles y mentales. El deseo por la
existencia significa deseo por la continuación de la existencia en el ciclo de
renacimientos y muertes (samsara). El deseo por la no-existencia significa
deseo por la aniquilación; es deseo asociado con la concepción errónea de
que todo termina en el momento de la muerte. El deseo de acuerdo al
budismo es una fuerza tremenda que tiene la potencialidad de producir
renacimientos una y otra vez. Es debido a este deseo que los seres realizan
acciones (kamma) buenas o malas. Y cuando hay acciones acumuladas hay
efectos (vipaka). En otras palabras, es porque realizamos acciones en el
pasado que existimos en el presente. Y siempre y cuando exista esta
acumulación de acciones habrá renacimientos en el futuro. Por lo tanto, el
origen del sufrimiento presente es el kamma que realizamos en el pasado. De
acuerdo con la Doctrina del Origen Condicionado el deseo está
condicionado por la sensación (agradable, desagradable o neutral). Cuando
hay sensación agradable uno desea poseerla, cuando hay sensación
desagradable uno desea su opuesto. La sensación neutral es igual que la
agradable. Y cuando hay deseo hay adherencia (upadana), una forma más
intensa de deseo. Cuando hay adherencia hay existencia (kamma). Cuando
hay existencia hay renacimiento. Y cuando hay renacimiento hay vejez y
muerte.
Hay otra forma más gráfica de explicar esta segunda verdad. Cuando uno
tiene apego a algo o a alguien y lo pierde, uno sufre. El sufrimiento que uno
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experimenta no es debido a la pérdida sino al apego que uno tiene hacia este
algo o alguien. Piense acerca de los miles de seres humanos que mueren
diariamente. Difícilmente uno experimentara gran sufrimiento por la pérdida
de estos seres. Sin embargo, cuando uno de estos seres está ligado
afectivamente a nosotros, uno experimenta sufrimiento. Esto es debido al
apego o deseo, la segunda noble verdad.
3. LA NOBLE VERDAD DE LA CESACIÓN DEL SUFRIMIENTO
(dukkha-nirodha-ariya-sacca)
La cesación del sufrimiento es la erradicación de las impurezas mentales.
Sólo cuando uno ha erradicado las impurezas de la mente uno ha puesto fin
al sufrimiento. Buddha dice lo siguiente:
Ésta, oh monjes, es la Noble Verdad de la Cesación del Sufrimiento. Es la
total extinción y cesación de ese mismo deseo, su abandono, su descarte,
liberarse del mismo, su no dependencia.
Esta noble verdad también se denomina Nibbana. Nibbana es un término
pali que es mejor dejarlo sin traducir porque es imposible encontrar un
equivalente en nuestra lengua. El Nibbana es el objeto de ciertos tipos de
conciencias. Hay ciertos tipos de conciencias que tienen la habilidad de
tomar Nibbana como objeto. Estos tipos de conciencias se denominan
conciencias del sendero y fruición. Cuando una de las conciencias del
sendero toma el Nibbana como objeto se produce la erradicación de las
impurezas mentales. Esta erradicación es gradual. Primero se erradican las
impurezas más bastas como la concepción errónea y la duda. Después se
erradican otras impurezas como el enojo, la vanidad, la agitación, etc. De
acuerdo al budismo, el deseo o apego, es decir la segunda noble verdad, es
una de las impurezas a ser erradicadas. Cuando la impureza del deseo es
erradicada, se dice que uno ha realizado la cesación del sufrimiento.
4. LA NOBLE VERDAD DEL SENDERO QUE CONDUCE A LA
CESACIÓN DEL SUFRIMIENTO (dukkha-nirodha-gamini-patipadaariya-
sacca)
La cuarta noble verdad también se denomina el camino medio (majjhima
patipada) u óctuplo noble sendero. El óctuplo noble sendero es la práctica
que uno debe seguir para alcanzar la cesación del sufrimiento. Es óctuplo
porque posee ocho componentes. Buddha dice los siguiente:
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Ésta, oh monjes, es la Noble Verdad del Sendero que conduce a la Cesación
del Sufrimiento. Simplemente este Óctuplo Noble Sendero; es decir, Recto
Entendimiento, Recto Pensamiento, Recto Lenguaje, Recta Acción, Recta
Vida, Recto Esfuerzo, Recta Atención Completa y Recta Concentración.
Estos ocho componentes están divididos en tres grupos de acuerdo al nivel
de la práctica. El primero es el grupo de la moralidad (sila). El segundo es el
grupo de la concentración (samadhi) y el tercero es el grupo de la sabiduría
(pañña). Si uno desea poner fin al sufrimiento uno debería recorrer este
sendero, poner en práctica este óctuplo noble sendero. Para comprender esta
división en tres grupos es necesario primero conocer que hay tres puertas de
acción: La puerta del cuerpo, la puerta del lenguaje y la puerta de la mente.
Sila o moralidad es para controlar la puerta del cuerpo y del lenguaje. Recto
lenguaje, recta acción y recta vida pertenecen al grupo de la moralidad.
Recto lenguaje es de cuatro clases: 1) abstención de mentir, 2) abstención de
calumniar, 3) abstención de lenguaje áspero y 4) abstención de lenguaje
frívolo. La recta acción es de tres tipos: 1) abstención de matar seres
vivientes, 2) abstención de robar y 3) abstención de conducta sexual ilícita.
Recta vida significa obtener los medios necesarios para la subsistencia con
recto lenguaje y con recta acción. Además, hay cinco tipos de actividades
consideradas por el budismo como incorrecto medio de vida: 1) comerciar
con veneno, 2) comerciar con intoxicantes (drogas, alcohol), 3) comerciar
con armas, 4) comerciar con esclavos y 4) comerciar con animales para
matanza.
El segundo, el grupo de la concentración consiste de tres componentes: 1)
recto esfuerzo, 2) recta atención y 3) recta concentración. Estos tres son para
controlar la puerta de la mente, para la eliminación temporaria de las
impurezas mentales. Cuanto estos tres componentes están presentes en
nuestras mentes las impurezas están temporalmente ausentes.
El tercer, el grupo de la sabiduría consiste de dos componentes: 1) recto
entendimiento y 2) recto pensamiento. Estos dos también tienen que ver con
la puerta de la mente; son para la erradicación, la eliminación definitiva, de
las impurezas mentales. Recto entendimiento significa comprender que los
seres tienen el kamma como su propiedad. Básicamente esto significa
comprender que las malas acciones traen malos efectos y las buenas
acciones traen buenos efectos. Recto entendimiento también significa la
comprensión de las cuatro nobles verdades. Recto pensamiento es
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pensamiento de renunciación, ausencia de mala voluntad y ausencia de
crueldad.
En el Visuddhi-Magga (El Camino de la Purificación) del Venerable
Buddhaghosa se compara a la verdad del sufrimiento con una enfermedad, la
verdad del origen del sufrimiento con la causa de la enfermedad, la verdad
de la cesación del sufrimiento con la cura de la enfermedad y la verdad del
sendero que conduce a la cesación del sufrimiento con la medicina.

* * * * *
* Material preparado por Bhikkhu Nandisena. Este material puede ser
reproducido para uso personal, puede ser distribuido sólo en forma
gratuita. ©CMBT 1999. Última revisión lunes, 13 de marzo de 2000. Fondo
Dhamma Dana.
FINAL DE: LAS CUATRO NOBLES VERDADES
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Ensayo Sobre las Cuatro Nobles Verdades y el Camino Óptuple
Ensayo Original por Enrique Aguirre Baigorri desde Madrid, España.
Presentado el 31 de enero de 2003
Las Cuatro Nobles Verdades y el Camino Óptuple


Buda BlancoPara todos ustedes, queridos lectores, éstas son mis palabras acerca de las Cuatro Nobles Verdades y el Noble Camino Óctuplo.

Observemos un poco como discurre la andadura por nuestra humana existencia. Cuando venimos al mundo es un acto sumamente doloroso (y no sólo para el bebé. La madre también pasa lo suyo. Bueno, vale, el padre tampoco disfruta precisamente en la espera). Pero al nacer, pasamos de un estado celestial, digamos, de ingravidez, flotante y placentero, a soportar toda la presión gravitatoria sobre nosotros; descubrimos con dolor sensaciones antes totalmente desconocidas para nosotros: frío, hambre, sed, la barriga nos duele, escuece... A todo este sufrimiento le ponemos un nombre: ¡BUAAAHHH, BUAHHHH!

De aquí a la caja de pino hay todo un rosario de desventuras y tormentos: Enfermedades, golpes, la novia que se va con otro, el marido que no se va ni a tiros, nuestra mascota que 'la palma', el coche superchulo de nuestro vecino, nuestro trabajo que nos agobia pero nos permite una casa en cada ecosistema, la casa en cada ecosistema que se merienda todo el esfuerzo de nuestro trabajo, nuestra tarjeta de crédito que ya no dispone de tal en la caja del supermercado, etc, etc... y, un buen día, nos llega el sufrimiento que eclipsa todos los anteriores: La certeza de la muerte.

Desde luego que, ante semejante panorama, no es de extrañar que Buda dijese: "La vida es sufrimiento", Primera Noble Verdad.

Sin embargo, de toda esta legión de sufrimiento creo que ninguno como el último mencionado animó a Shakyamuni a buscar una respuesta a la que fue la Gran Pregunta de su vida: "¿Cuál es la raíz del sufrimiento?" Porque la muerte, una vez que nos golpea con su certeza en la conciencia nos pone ante nuestras narices la angustia, el absurdo de la existencia: "Nacer para morir" ¿Cuál es el sentido de este dislate?

A poco que observemos los ejemplos expuestos anteriormente, nos daremos cuenta que todos responden a una de estas dos circunstancias: "Algo me ocurre y no lo quiero" o "algo no me ocurre y lo quiero". No aceptamos la existencia simplemente así, tal cual es. Segunda Noble Verdad: "El origen del sufrimiento es el deseo, el apego al deseo".

La naturaleza de nuestro mundo es transitoria, cambiante, pero, por alguna razón, hemos perdido contacto con esta revelación. De manera que malgastamos una ingente cantidad de energía corriendo como pollo sin cabeza detrás (o delante) de los fenómenos que aparecen en nuestra conciencia. A raíz de no comprender nuestro sufrimiento nos vemos impelidos a buscar dentro de todo el repertorio fenoménico, algo que pueda sofocar esta insatisfacción y empezamos una huida hacia delante buscando ese momento divertido, ese viaje, esa pasión, esa pertenencia que apague el fuego de nuestro descontento. Pero, sea lo que sea que consigamos, su naturaleza cambiante y transitoria hará que tarde o temprano lo conseguido se nos escurra como agua entre los dedos. Incluso si podemos retenerlo con nosotros por un tiempo, vemos que esto no soluciona en modo alguno nuestro problema. El sufrimiento fundamental late todavía en nuestro corazón y así comienza una nueva caza y captura, una más, de parches de felicidad. Un verdadero círculo vicioso que nos ata a la rueda del sámsara.

De todo ello colegimos: Si existe sufrimiento debe haber un fin del sufrimiento, primero; y segundo, este fin del sufrimiento no puede estar basado en un fenómeno más. Tercera Noble Verdad: "La extinción del sufrimiento es el nirvana". Ecuanimidad, extinción de nuestro egoísmo. Los deseos son trascendidos y no nos aprisionan más. Y así, marcó, finalmente, el camino, la Cuarta Noble Verdad: "El camino que conduce a la extinción del sufrimiento es el Noble Camino Óctuplo".

Si el origen del sufrimiento está en el deseo, parece lógico suponer, de entrada, que este Camino nos debe llevar a reducir nuestra sed de deseos, a trascender nuestro egoísmo. Su observancia y práctica nos conduce a un estado de equilibrio interior, a una mente tranquila y abierta que nos permite captar la Verdad y no ser ciegos a nuestras ilusiones.

Si el origen del sufrimiento está en el deseo, parece lógico suponer, de entrada, que este Camino nos debe llevar a reducir nuestra sed de deseos, a trascender nuestro egoísmo. Su observancia y práctica nos conduce a un estado de equilibrio interior, a una mente tranquila y abierta que nos permite captar la Verdad y no ser ciegos a nuestras ilusiones.

Veamos que nos sugiere este Noble Camino: Entendimiento Justo, Pensamiento Justo, Acción Justa, Palabra Justa, Medio de Vida Justo, Esfuerzo Justo, Atención Justa, Concentración Justa. Debemos entender el término "Justo / Recto" no desde un sentido dual por oposición a injusto, sino en el sentido que nos acerca al despertar.

Entendimiento Justo

Parece más una consecuencia que un camino. Sin embargo, nos invita a tener siempre presente los principios fundamentales del budismo tales como la ley de la causalidad, el aspecto transitorio y cambiante de los fenómenos, y la naturaleza vacía de los mismos. Entendimiento Justo es asimismo una invitación a no ser dogmáticos, a no encasillar la realidad, a apreciarla en su conjunto y no sólo un aspecto aislado de ella.

Pensamiento Justo

Nos habla de prestar atención a nuestros pensamientos egoístas. A observar ese discurso loco que nos acompaña a cada momento y que nos mete en un mundo de ilusión, separándonos del resto del universo. Para de ese modo ser equitativos, ecuánimes e imparciales en nuestros juicios y decisiones.

Acción Justa

Lo importante aquí es plantearse ¿Por qué hacemos esto? ¿Esta acción muere en mí o por el contrario se expande al resto de los seres?

Palabra Justa

La palabra es una energía muy poderosa. Como un veneno, puede ser causa de gran sufrimiento o, bien utilizado - como en la homeopatía - una medicina poderosa. Nos anima a buscar este segundo aspecto, absteniéndonos de crear confusión con ella.

Medio de Vida Justo

Intentar confeccionar una lista de oficios lícitos o no, nos llevaría a un enredo de considerables proporciones. Atendiendo a las necesidades y circunstancias individuales, cada uno debe echar mano de los principios budistas y de su sentido común y en la medida de lo posible ser coherente con ello.

Esfuerzo Justo

Aquí se nos anima a no ser negligentes ni perezosos en nuestra práctica, pero también a no caer en la obsesión: "Si dejas la cuerda de tu violín floja, el instrumento no sonará; si la tensas demasiado, tampoco sonará bien".

Atención Justa

Con la práctica de la Atención Justa mantenemos una actitud vigilante, despierta, hacia nosotros mismos y nuestro entorno. Observamos cómo está nuestra mente en este preciso instante detectando cualquier atisbo de deseo, ignorancia e ira que pueda surgir antes de ser atrapados por ello. La Atención Justa es un espejo claro, un medio poderoso por el que podemos vernos y al vernos, aprender de nosotros mismos. Esta atención no debe entenderse como un correr detrás de cada fenómeno que surja, sino en mantener la mente clara de forma que pueda reflejar toda nuestra experiencia sin quedar atrapados en ella.


Un alumno se presentó ante el gran Maestro Ikkyu para preguntarle:

- Maestro, ¿tendrías la bondad de escribirme algunas máximas sobre la suprema sabiduría?.
El maestro escribió entonces en un papel: ¡Atención!
El alumno, un tanto sorprendido, preguntó.
- ¿Esto es todo? ¿No vais a escribir algo más?
El maestro, ante la insistencia del alumno, cogió de nuevo el papel y añadió dos palabras más:
Atención. Atención.
El discípulo, aún más turbado, dijo:
- En verdad que no veo una gran profundidad, sapiencia y agudeza en lo que acabáis de escribir.
Demostrando su gran paciencia, Ikkyu volvió a coger el papel y añadió tres palabras más:
Atención. Atención. Atención.
El alumno comenzó a inquietarse y preguntó:
- ¿Al menos me podéis decir qué significa la palabra atención?
El maestro, demostrando una vez más su paciencia infinita, cogió el papel y añadió tres palabras más: - Atención significa atención.


Concentración Justa

Nos invita a tener una mente firme (no rígida), centrada en el instante presente. Normalmente ocurre que no estamos para nada conscientes en lo que estamos haciendo. La mente brinca alocada del pasado al futuro y viceversa, poniendo por medio nuestros miedos y apegos. Así perdemos contacto con el momento que nos ocupa y nuestra existencia transcurre en la más absoluta inconsciencia.

El Camino Óctuplo puede verse como una carretera con ocho carriles que conduce al despertar. No son caminos separados, independientes. Por ejemplo, sería difícil entender la Acción Justa sin la participación de Pensamiento, Entendimiento, Atención... Justo / a. Así, cuando damos un paso en cualquiera de ellos, ese avance se refleja automáticamente en todos los demás.

Recorrer este camino significa, pues, trascender a cada paso las limitaciones de nuestro ego, nuestra concepción ilusoria y estrecha de la realidad; significa abrirnos más, volvernos más universales, menos dogmáticos, más conscientes; en definitiva, más despiertos a la Verdad.

Llegados a este punto, puede verse muy claramente la importancia de la meditación. En la práctica de la meditación, nuestra mente no busca escaparse, no divaga, no se enreda en pensamientos ociosos (al menos de eso se trata), sino que se da un renovado esfuerzo, momento tras momento, por permanecer concentrados en el instante presente, en un sostenido estado de alerta hacia nosotros mismos y todo lo que nos rodea (realmente en ese momento es difícil encontrar separación). No hay cabida a la acción interesada ni a la palabra corrupta que extorsione. Se realiza automáticamente el instante presente, sin apegarse ni huir de la miríada de fenómenos que vienen y van. Así, de un plumazo, en el proceso meditativo, todos y cada uno de los "carriles" del Camino son realizados.

Pero lo más maravilloso es que esta actitud meditativa no requiere de lugar y circunstancias especiales, por lo que nada impide que podamos llevarla incluso a nuestra actividad cotidiana. De esta manera pelar unas patatas, ducharse, atender un negocio o atarse los cordones, en fin, todos nuestros actos se convierten en nuestra marcha por el Camino Óctuplo: En nuestra práctica de Despertar.

Finalmente, me gustaría añadir como epílogo, sin comentario alguno, algunos hechos y citas concernientes a la andadura del Budismo que me parecen un contrapunto ideal para todo lo dicho:

"Toda verdad puede ser refutada", Buda.

"El nirvana es un palo al que se atan los burros", Maestro ¿?

El Maestro Nansen partió un gato por la mitad para enseñar a sus discípulos.

Gensha dejó morir a su padre ahogado para ingresar en el monasterio donde se convirtió en un ilustre maestro que condujo al despertar a muchos discípulos.

El Maestro Gutei cortó el dedo a su discípulo tras lo cual éste experimentó súbitamente el Despertar.
Articulo copiado desde: http://www.acharia.org/contribuciones/ensayo_sobre_las_cuatro_nobles.htm

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